domingo, 16 de septiembre de 2012

315.- Plaza de Castilla (Madrid)



215.1.- Isleta central de la Plaza de Castilla (Madrid).

Es difícil lograr que los edificios altos mantengan en el equilibrio en las fotos. No sabría decir por qué. El Obelisco de Calatrava casi parece recto. Creo que es un atractor gravitatorio. Los edificios a derecha e izquierda se inclinan hacia el. Incluso las nubes del cielo se arremolinan en torno a su punto distal como el polvo cósmico en torno a un agujero negro o cualquier otro poco gravitatorio. Las farolas situadas a la derecha se curvan como si intentasen apuntalar la Torre Kío Oeste en su inclinación hacia el suelo, cuando el peligro quizá sea que se enderece y se vea solicitada por el cilindro dorado.



215.1.- Isleta central de la Plaza de Castilla (Madrid).

Cuando fui a tomar estas fotos del Parque del canal mi ánimo no era el mejor. Pocos días después ocurrió algo que fue una inyección de moral. Puro espejismo que se ha ido diluyendo ha medido que ido subiendo las fotos estos días. El mundo da vueltas demasiado rápido, quizá por que vivimos demasiado lejos del eje de giro. En sus proximidades apenas hay movimiento. Vivimos alejados del centro de las cosas. Un eje lo suficientemente prolongado en el punto de giro puede punzar el futuro donde el tiempo permanece detenido, sin que se produzcan heridas. La rotación en el sentido contrario a las agujas del reloj provoca movimiento hacia fuera del plano, hacia el cielo azul. Necesito un escenario así, en un lugar que apenas rote, pero que se abra a los cielos, un escenario que me sobrecoja, que me obligue a hacerme cargo de mi insignificancia para reflexionar de nuevo como aquella tarde en La Bermeja cuando los relámpagos caían cerca de mis pies y decidí cambiar, optar por lo correcto. No voy a explicarlo porque es una emoción y no creo que se entendiera. Ni yo mismo me comprendo. Querer no basta, aunque sea todo el cariño del mundo, hace falta un compromiso, merecer aquello que quieres. Si el cielo rotase en el sentido a las agujas del reloj lo lógico sería que se acercara a nuestras cabezas para sembrarlas de sueños.

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