miércoles, 16 de noviembre de 2011

222.- Etapa 13 del CN del Guadiana. La Umbela (Luciana - Ciudad Real)



222.1.- Etapa 13 del CN del Guadiana. La Umbela (Luciana - Ciudad Real).

Tras intentar atacar la etapa desde su final y toparme con un barranco que cruzaba el sendero al kilómetro y pico de empezar y que no se lo saltaba un gitano, menos mi coche, me tuve que resignar a dar por imposible el recorrerla. Me prestaron un 4x4 dos días después, con el que volví a la carga, un viernes que fue el primero de 5 días a solas perdido en el monte, con base de operaciones en Pueblo de Don Rodrigo. Nada más llegar a Luciana procedente de Madrid cruce el vado del Guadiana y me dirigí hacia el arroyo que me había cortado el paso. Ni que decir tiene que el 4x4 ni se despeinó cuando lo cruzó. Nada más acceder a la otra orilla tuve clara la sensación de que me adentraba en un territorio poco frecuentado por el hombre. Con el río siempre a la derecha y, más allá de él, el mundo habitado por el hombre. El camino se convirtió en un canchal y hasta tuve dudas de si era apto para un todo-terreno. Era la segunda vez que conducía uno y no tenía ni idea de que podía exigirle.

Accedí a la misma zona que había fotografiado desde la Casa de San Andrés, desde la Carretera N-430, un paraje amplio, al pie de la Sierra del Campillo, antigua zona de cultivo, como delataban algunas infraestructuras abandonadas para el regadío, y que los mapas denominan La Umbela, quizás una mala traducción, por la forma de su contorno en el lado que bordea el río, que parece el dibujo de un paraguas abierto. Podría ser una explicación, aunque no me imagino a unos manchegos hace siglos eligiendo para un paraje un nombre inglés. la umbela en realidad es un tipo de inflorescencia, compuesta, es decir, formada por muchas flores individuales, y que tiene precisamente la forma de un paraguas abierto.

Lo más destacable en la imagen es el color ocre oscuro de la tierra, en un tono de marrón cercano al del chocolate. Sospecho que ese color delata una tierra de calidad  que, además por su proximidad al río, hacia rentable ponerla en regadío, en un ámbito donde el secano es casi la norma. Las nubes, con su forma filiforme y dispuestas casi todas como los radios de un círculo con centro en la mitad de la sierra, hacen que la imagen parezca la viñeta de un comic donde la montaña es un personaje que se admira de algo. Más allá de la llanura cultivada hay una dehesa con encinas enormes. Ni tractores en el campo ni ganado en los pastos ni personas en los caminos. Solo silencio. Hay ausencias prolongadas que fraguan en silencios sólidos, con poderosos cimientos, y presencias recientes que revelan de repente el relieve sonoro de la vida.



222.2.- Etapa 13 del CN del Guadiana. La Umbela (Luciana - Ciudad Real).

Es la dehesa que puede verse en la primera imagen del post al pie de la sierra. La imagen está tomada al final del arco de la umbela. Un conejo se asustó al oír el traqueteo del 4x4 y se agazapa en el suelo tratando de averiguar que pasa. Me paré para intentar fotografiarlo, pero la distancia y el encuadre no me convencían. Si que capturé varias imágenes de la dehesa, porque me fascina la sensación que ofrecen de ser interminables, inabarcables, de que continúan más allá de donde la vista alcanza, al otro lado de la ladera en este caso. Encinas de copas pequeñas y compactas, sin ramas en el tronco. Da la sensación de que han sido podadas para lograr la conformación deseada. Ni una brizna de hierba, ni siquiera ajada y agostada. Ni un matojo. El calor de la primera hora de la tarde. La sensación de soledad. El silencio espeso. La quietud del paisaje donde nada se movía, salvo la nariz del conejo, que brinco al verme salir del vehículo y se alejo para esconderse entre los únicos matorrales del otro lado del vallado cinegético. Volví a ponerme en marcha y aunque el sendero era inequívocamente el que seguía, a pesar de no estar señalizado, en algunos tramos comenzó a entrarme la sospecha de que fuera realmente un sendero pensado para ser recorrido por personas.

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