jueves, 16 de junio de 2011

124.- Valle del Río Set cerca de L'Albages (Lérida)




124.- Valle del Río Set cerca de L'Albages (Lérida).

Este paisaje, como tantos otros que muestro en esta colección de imágenes, probablemente ya no exista, porque en este estrechamiento del valle del Set estaba programado construir una presa. No muy grande. Lo suficiente para potenciar los regadíos de una zona que, como Lérida en general, vive abandonada por el Gobierno de Barcelona. La imagen que casi todos tienen de Lérida cuando no la ha visitado, yo incluido antes de andar por allí, es la de una provincia en la que predominan los paisajes de montaña, más a afin a las laderas en pendiente cubiertas de nieve que a los llanos próximos al mediterráneo. Como Huesca, Lérica en su descenso altitudinal no llega a alcanzar el mar, pero queda relativamente cerca. En el caso de Lleida se interpone Tarragona, que le roba la salida al mar. En el de Huesca es la propia Lérida quien se antepone e imoide que alcance la coste. Aunque, claro, si Lérida se apiadase aun quedaría el pequeño trecho acaparado por tarragona. Una y otra provincia, Lérida y huesca, muestran en la zona lo más al sur que alcanzan un paisaje que rompe los tópicos, plenamente meridional, abrasado por el clima, donde la nieve es inconcebible.

L'Albages, que se adivina al fondo de la imagen, es una pequeña localidad que vive de la agricultura, aunque sin grandes alardes. El cultivo del aceite es el referente y, según me contaran gentes del lugar, últimamente se está ensayando la vid para ver si se puede desarrollar un vino que tenga mercado. Tal vez la presa traiga algo de prosperidad a la comarca. Visité una de las cooperativas de aceite del pueblo y tras presentarme como madrileño quise saber la opinión de la persona que me atendía, la dueña de la bodega, acerca del trato recibido desde la capital autonómica. Tras vencer el recelo inicial quedó claro que era pésima. Tenía curiosidad porque en mi anterior visita a Lérida, aquella vez a la comarca de La Noguera, se me rompió otro tópico, el de una Cataluña próspera rezumando riqueza a chorros por los cuatro costados. Los paisajes humanos abandonados, casi agonizantes, que vi aquella vez se asemejaban más al de provincias como Guadalajara, Teruel o Zamora que al del resto de Cataluña. Por eso tenía curiosidad por saber, más todavía tras un insólito incidente que viví en un pueblo casi fantasma, cuando vino a mi encuentro su último habitante. Tal vez lo relate si procede en una posterior entrada del blog.

La presa no será muy grande. El ecologismo ha logrado desacreditar las grandes obras públicas para disgusto de las pocas gentes que aun viven en el ámbito rural. Aquellos que aun viven atrincherados en los pueblos se preguntan que sentido tiene construir presas que ni siquiera cubren las necesidades y demandas mínimas. Si va a hacerse que se haga bien, sino no tiene sentido, esa sería su postura no carente de lógica. En el caso de L'Albages se alude a la necesidad de conservar un paisaje de enorme riqueza ambiental, las llanuras esteparias donde se reproducen avutardas, sisones, alcaravanes, ortegas y aguiluchos cenizos. Como todo lo que no ha sido plenamente conquistado por la civilización, La Garriga tiene una gran riqueza ambiental. Cuando el hombre cede terreno la naturaleza abandona sus posiciones defensivas y avanza para reconquistar el terreno perdido. Tuve una discusión en un foro de fútbol con varios catalanes porque yo afirmaba que esta presa formaba parte de un grupo de obras hidráulicas, de titularidad autonómica y estatal, con las que se quería de forma encubierta abastecer de agua a Barcelona. Las obras acometidas para este fin no quedan lejos en cuanto a inversiones y envergadura de las que se diseñaron para el trasvase del Ebro. La discusión fue entretenida, por supuesto, evidenciando que en la rivalidad Madrid-Barça subyacen muchas otras cosas aparte de las que dirime con el balón.

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