jueves, 26 de mayo de 2011

99.- Sierra del Baladre (Hellín - Albacete)



99.1.- Sierra del Baladre (Hellín - Albacete).

En el camino de acceso al Embalse del Cenajo desde el norte hay que atravesar dos pequeñas sierras, la Sierra del Búho y la de la imagen, la Sierra del Baladre, que dos años después de tomarse la imagen, allá por 2007, fue declarada microrreserva natural. Se trata de una zona con clima extremo, repleta de endemismos en función de ese clima tan árido, del tipo de suelo yesoso y las escarpadas cumbres. A pesar de todo el pino carrasco, bendito sea, es capaz de formar masas densas que le dan colorido vivo al paisaje, con ese verde intenso. Si no tuviera perfectamente ubicada la imagen en su carpeta correspondiente seguramente la confundiría con la Sierra de Blanca ya dentro de Murcia, antes de llegar a la zona netamente agrícola.

El pino carrasco es la avanzada en lo que a arbolado se refiere. Coloniza los lugares en los que por excesivo calor, escasez de agua o pobreza en nutrientes en los suelos otras especies arbóreas son incapaces de vivir. Si el no puede ningún otro podrá. Incluso las prestaciones ecológicas de la encina son menores. La siguiente especie en la lista es la carrasca, un arbolillo de la familia del roble y la encina de dureza extraordinaria, que en realidad es más bien un matorral, con una hoja muy pequeña y coriácea para reducir la transpiración y ahorrar agua. Fijaros si está hecho a todo, pobrecito mío, que ha desarrollado adaptaciones a los ecosistemas en que los incendios forestales son recurrentes. El calor del fuego, y el que rezuma de los suelos calcinados, propicia la apertura de las piñas y la diseminación de la semilla. Tras cada desastre se recupera rápidamente. El pino carrasco es un patriota que ama las tierras que habita, las protege de la erosión recibiendo muy escasa paga a cambio. Una vida difícil y en precario.



99.2.- Sierra del Baladre (Hellín - Albacete).

A pesar de todo, como se evidencia la imagen, el pino carrasco busca los lugares más frescos y llenos, busca los cauces de las ramblas donde alguna humedad queda de las lluvias pasadas, aunque la escorrentía se lleve toda el agua del valle al poco de caer la lluvia. En las sierras de Murcia y del sur de Albacete hay poco margen de maniobra, el pino ha de andar con pies de plomo, cubriendo el terreno muy poco a poco, generalmente con la ayuda del hombre. En otros tiempos se exigía poco menos que este tipo de tierras se repoblasen con hayas. A los ecologistas no les cabía en la cabeza que no podías tener en ayunas a aquellos acostumbrados a darse atracones. En muchos lugares el pino prepara el terreno, sujeta el suelo con raíces, lo enriquece con su propio humus, ayuda a mejorar la tierra para que otras especies menos agrestes pero más evolucionadas. Pero no aquí, nada será capaz de desplazar al carrasco, salvo quizás las condiciones extremas. Y entonces el desierto ampliará su territorio. Por si alguien aun no ha caído en la cuenta lo diré claramente: amo este árbol.

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